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Ourense, Ourense, Spain
Naturópata y terapéuta energética. kaliha-lorena@outlook.com

viernes, 21 de septiembre de 2012

Propiedades de las UVAS. CURA DE UVAS.

     UVA.

    La uva está considerada la reina de las frutas semiácidas por sus excelentes propiedades curativas y nutritivas.
    Las curas de uva son muy famosas en el Naturismo y se han utilizado durante años para curar y regenerar el organismo de un gran número de dolencias. Muchos naturistas hacen una cura de uvas todos los años para favorecer la limpieza interior y de esta manera se sienten "rejuvenecer".
    Muchos de los trastornos patológicos que aquejan a las personas en invierno se evitarían si durante el otoño siguieran una cura de uvas. La uva nutre, remineraliza, alcaliniza y limpia la sangre. Una sangre limpia es el mejor seguro de vida.
    Las propiedades curativas de las uvas son numerosas y debemos aprovecharnos de ellas todos los años, consumiéndolas con abundancia cuando llega su época.
    El Dr. Cuvier ha dicho: "la uva posee asombrosas propiedades radioactivas que estimulan nuestra vitalidad. Es por la mañana cuando su acción es más acentuada y eficaz".
    El afamado Dr. Vander menciona en su magnífica Guía Medica del Hogar: "La uva actúa sobre el cuerpo humano como un verdadero medicamento natural, que activa la nutrición, favorece el buen estado del aparato respiratorio y disuelve el ácido úrico, siendo entonces recomendable a los artríticos, enfermos de cálculos, etc. En los niños la uva complementa la maravillosa alimentación a base de leche materna. El zumo fresco de uva se emplea con magníficos resultados contra la debilidad muscular, presión arterial demasiado alta o baja, arterioesclerosis y contra la debilidad del corazón, siendo por este motivo muy útil en las fiebres, fiebre de Malta, sarampión, escarlatina, difteria y viruela. También en la eclampsia.
    La cura de uvas es muy útil como descongestionante y depurativa y está especialmente recomendada en las siguientes enfermedades: falta de jugo gástrico, digestiones lentas, falta de apetito, estreñimiento, congestión sanguínea de los órganos del vientre de la mujer, cálculos, arenillas en la orina, gota, artritismo, reumatismo, inflamación del hígado, insuficiencia de la bilis, inflamación de los riñones, erupciones, anemia, tuberculosis, etc".
    En el presente plan dietético se debe hacer especial hincapié en la uva, atendiendo a todos los consejos que se citan.
    No se debe consumir la uva verde, las uvas poco maduras irritan los dientes, las encías y el resto del aparato digestivo,  en lugar de nutrir, desmineralizan y acidifican. Tome la uva madura, pero tampoco "pasada". Es preferible la uva de piel fina si hemos de ingerir esta y dejar la de piel más gruesa para los zumos.
    No hay que confundir la sensibilidad a la uva con los trastornos intestinales que pueden ocasionar los residuos arsenicales con los que muchos agricultores tratan las cepas. Para evitarlo hay que tener siempre la precaución de dejar muy bien lavadas las uvas.
    Nunca hay que tomar la uva al final de las comidas ni con alimentos que sean incompatibles. La uva debe consumirse al principio como entrante del menú, y le han de secundar alimentos perfectamente compatibles con ella.
    El zumo de uvas, al igual que todos los zumos de frutas y vegetales deben consumirse al momento de ser licuados para evitar que se oxiden y pierdan sus numerosas sustancias nutritivas. Por lo general el zumo de uvas se tomará fuera de las comidas para evitar incompatibilidades.
    Si usted tiene tendencia al estreñimiento, le recomendamos la uva blanca, y si es posible ingerida con la piel y las pepitas. Si por el contrario tiene tendencia diarreica o predisposición a las flatulencias, es preferible que consuma la uva negra.
    Se recomienda en todos los casos que la uva no sea muy ácida ni muy dulce.
    La uva moscatel es una de las más dulces y apreciadas por su sabor, pero no la recomendamos cuando se desea hacer una cura larga, especialmente en los enfermos hepáticos.
    Cuando se hace una monodieta de uva, se consumen exclusivamente uvas durante el tiempo que se desee. Las curas de uva en forma  de monodieta se pueden hacer desde un día hasta 40 días, pero las curas largas deben ser guiadas por su naturópata. Ahora bien, estar 1, 2 ó 3 días de uvas (comiendo exclusivamente uvas) pueden hacerse sin problemas y siempre resulta muy beneficiosos para la salud. En la monodieta de uvas se deben consumir un mínimo de 2 kg. diarios (salvo excepciones en personas con insuficiencias digestivas o estados muy graves). Se recomienda no sobrepasar los 4 kg. al día pues el hígado o el intestino poco acostumbrado pueden dar síntomas de pesadez. En realidad cada cual debe observarse y decidir cual es la cantidad a tomar de una sola vez, según su apetito, estado de ánimo, capacidad digestiva, trabajo, etc. En caso de molestias digestivas reducir la cantidad hasta el umbral de perfecta tolerancia. Cuando se decide la cantidad máxima a tomar de una sola vez luego se toma la misma cantidad el número de comidas que se necesiten durante cada día de la cura, es decir se hacen 3, 4, 5, 6, 7 u 8 tomas de uvas cada día de la monodieta.
    Es preferible comer poco de cada vez y hacer mayor número de comidas que comer mucha cantidad de una sola vez. Así favorecemos los procesos digestivos y la función depurativa de la uva sobre nuestro organismo.
    Nunca debe interrumpirse bruscamente un ayuno, monodieta o una dieta estricta que se ha seguido durante algún tiempo, pues puede sufrir serios trastornos digestivos. Su naturópata le indicará el momento y el modo oportuno de aplicar un régimen suave de transición antes de pasar a la alimentación normal sin problemas. Después de una monodieta o ayuno largos, se precisa una dieta suave de transición que permita la adaptación de sus vísceras y funciones digestivas.
    Es muy importante, como ya hemos señalado, que antes de consumir las uvas, sean lavadas concienzudamente ya que la mayoría de veces han sido rociadas con numerosos productos químicos peligrosos para la salud. Por lo tanto las uvas no deben consumirse jamás sin haber sido previamente lavadas con abundante agua potable.
    Para la cura de uvas se deben emplear los frutos maduros, bien formados, sin defectos. Es mejor elegir los racimos en los que las uvas no están muy apiñadas, es decir, los racimos donde todas las uvas han podido recibir el aire, el agua y la luz del Sol alrededor de todo el fruto. Los racimos donde las uvas se encuentran muy apiñadas, sin casi espacios entre ellas son de peor calidad.
    Tome las uvas con tranquilidad, masticándolas cuidadosamente y ensalivándolas abundantemente para su perfecta digestión y asimilación.
    En un principio ingiera también las semillas y la piel, pero no olvide la masticación concienzuda que precisan. La excepción a esta regla la determinan las personas con malas digestiones, los que sufren de hiperclorhidia (exceso de ácido estomacal) y los diarreicos. En estos casos es preferible abstenerse de consumir las pepitas y los hollejos (pieles).
    Las personas con el "paladar atrofiado" que sienten repugnancia o aprehensión al tomar uvas frescas, pueden al inicio de la cura (nunca si se trata de una monodieta exclusiva de uvas) acompañarlas de un trozo de pan integral tostado dextrinado para que la insalivación sea mayor.
    En general, las curas de uvas hacen adelgazar, pero esto no debe alarmar, sino todo lo contrario, ya que el es el resultado de la desintoxicación del organismo.
    Recuerde que ningún perparado comercial a base de uvas (zumos, concentrados, azúcares de uva, etc.) pueden, ni siquiera remotamente, sustituir a la uva fresca de temporada o a su zumo natural recién exprimido. La Naturaleza puso en cada estación del año el fruto que más nos conviene y por lo tanto no hay ninguna razón para tomarla desnaturalizada fuera de la época que le pertenece.
    No olvide que los resultados de la cura se verían seriamente comprometidos y correrían incluso el riesgo de ser nocivos si en algún momento ingiere alguna sustancia o comestible tóxicos como café, té, tabaco, alcohol, azúcar, refrescos de cola, productos de pastelería o bollería, etc. (consulte la lista de comestibles prohibidos en las directrices generales para una dieta saludable y en el dossier).
    La uva, adapatada según el caso, conviene y está indicada en numerosas dolencias tales como: anemias persistentes o crónicas, en inflamaciones de vísceras, catarros, afecciones bronquiales, como depurativo general y para "limpiar" la sangre, para controlar ataques súbitos de tensión alta. Es aconsejable en el postoperativo por su acción antiséptica y cicatrizante. Se aconseja en pediatría por ser una fruta de fácil digestión y muy nutritiva. En ayunas la pulpa obra como laxante suave, limpiando y purificando el organismo. En las enfermedades de los riñones y de los intestinos, facilita la hematopoyesis (formación de sangre nueva), mejora la palidez, escrofulosis por distonía vascular, neurastenia y debilidad en general. Es idónea así mismo en intoxicaciones, estreñimiento, congestión del hígado, hipertensión, artritismo, reumatismo, gota, fiebre, embarazo, surmenage (stress). Sirve tanto para la obesidad como para la delgadez, trastornos nerviosos o agotamiento por exceso de trabajo físico o intelectual. Sus sales minerales y otros componentes nutritivos actúan como disolventes, diuréticos y eliminadores de toxinas y ácidos depositados en los tejidos. También se utilizan para reducir los niveles de colesterol y prevenir ataques cardíacos y apoplejía. Algunos estudios han demostrado sus propiedades para contrarrestar el efecto de los carcinógenos y son famosas las curas de uvas para el tratamiento de algunos tipos de cáncer. En general, la cura de uvas, junto con otros hábitos naturales adaptados a cada caso sirve o se ha utilizado para el tratamiento de: acetosis, acidosis, ácido úrico, acné, aftas, anemias, anginas, anorexia (falta de apetito), arteriosclerosis, artritismo, asma, azoemia, afecciones del bazo, bebes (lactancia), bilioso (biotipo), blenorragia, mal de Bright, bronquitis, bocio, cálculos renales, cáncer, cardiopatías, catarro, celulitis, dolores cervicales, ciática, circulación, cirrosis hepática, colesterol, crecimiento (infancia), cutis (belleza), convalecencia, delgadez, deportistas, desmineralización, desnutrición, dislipemias, dispepsia (mala digestión), eczema, edemas, embarazo, embolias, erupciones, escarlatina, estomatitis, estreñimiento, falta de jugo gástrico, fatiga general, fiebre, fístula anal, furunculosis, afecciones de la garganta, gastritis, gingivitis, gota, hemorroides, hepatomegalia, hidropesía, afecciones del hígado, hipertensión, hipotensión, huesos, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, lepra, leucorrea, lipidemia, litiasis(cálculos)biliar y renal, miocarditis, nefritis, obesidad; piel, cabello y uñas; plétora, postparto, afecciones de la próstata, psoriasis, raquitismo, afecciones de los riñones, sanguíneo (biotipo), sarampión, sífilis, simpaticotonía, sinusitis, surmenage, tifus, afecciones de la tiroides, tos, tuberculosis, úlcera gástrica, uremia, urticaria, vejez prematura, afecciones de la vejiga, viruela, herpes zoster.
 
    COMPATIBILIDADES DE LA UVA CON LOS DEMAS ALIMENTOS EN UNA MISMA COMIDA.
 
    VA MAL CON: carne y pescados de todo tipo, frutos oleaginosos (nuez, almendra, avellana, etc.), aceitunas, ajo y cebolla, verduras y ensaladas, tomates, limón, sandía, leche, fritos, vinagre, huevos, sal y sucedáneos, legumbres frescas y secas. Frutas muy ácidas o demasiado verdes. Bebidas alcohólicas, azúcar, helados. Quesos muy duros y fermentados. Zumos artificiales comerciales. Pastas y confitería. Aguacate. Patatas fritas.
 
    VA BIEN CON: fruta dulce: albaricoque, plátano, kakis, chirimoya, manzana, higos frescos, etc. y fruta desecada: ciruelas secas, dátiles, orejones de melocotón, uvas pasas, higos secos. Yogurt y kéfir. Castañas, boniatos, patatas cocidas con piel o mejor asadas. Gofio canario de maíz y copos de avena (no más de 1-2 cucharadas rasas), pan integral dextrinado (no más de 1-2 rebanadas). Horchata de chufa, requesón fresco sin sal. Miel, sirope de agave, melazas, estevia, etc.
 
    Muchas personas que afirman que tal o cual fruta les sienta mal o que se les repite, no tendrían ese problema si combinaran bien la fruta. En la mayoría de los casos lo que suele ocurrir es simplemente que combinan muy mal los alimentos y por ejemplo toman la fruta de postre en una comida incompatible. Respete en la cura y siempre las combinaciones de la uva.
 
    DEBEN ABSTENERSE DE LA UVA LAS PERSONAS QUE PADEZCAN:
 
    DIABETES.
    COLITIS.
    ENTERITIS.
    ÚLCERA DUODENAL.
 
    En estas circunstancias la ingestión de uvas, sobre todo en gran cantidad, está contraindicada. En estos casos consulte con su naturópata cual es el el régimen o la monodieta más apropiado.
 
 
 
 
   
 
 
 
   

3 comentarios:

  1. gracias muy interesante bueno pues tengo 3 mis dias con la cura de uvas me siento SUPER BIEN ALTERNO CON UNAS TORTILLAS HECHAS DE LINAZA,CHIA,AMARANTO,AVENA,CACAHUATES SEMILLAS DE CALABAZA,AGUA TODO POQUITO AL COMAL DE LA ESTUFA EMPESE LA DIETA HIGENISTA PAZ Y BENDICIONES

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  3. Intenta no abusar de los cacahuetes y consumirlos esporádicamente ya que contienen grasa saturada, no son como los otros frutos secos y semillas, que la que tienen es la grasa insaturada, es decir omega 3 y omega 6 (de la buena).
    En realidad, los cacahuetes no son frutos secos, son un fruto seco y son indigestos.
    Intenta no mezclar tantas semillas juntas, lo mejor es no más de dos o tres juntas. Si quieres introducirlas todas en tu dieta, puedes alternar unas con otras para hacer las tortitas o lo que sea.
    Saludos y gracias.

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