Pregunta: Mis hijos sufren frecuentemente de resfriados y de moco fuerte, ¿puede ayudarles un ayuno de 24 horas semanales?
Respuesta: Sí, el día de ayuno semanal les va a ayudar. Pero sería un error limitarte al mismo y descuidar lo que comen todo el resto de la semana. En realidad es todo el programa de salud el que va a ayudarles y hacerles más vivos, activos, vitales y sanos. Pero un hecho a considerar es que de seguro tus hijos tienen un exceso de almidones en la dieta y déficit de frutas y vegetales crudos. La leche de vaca es una gran productora de moco y es la primera en la lista de generar un exceso de mucosidades, tanto en las mucosas del aparato respiratorio como en el aparato digestivo (intestinos y estómago). También puede haber intolerancia a los productos derivados de la leche. Es por esta causa que hay mucha gente de todas las edades que sufre de un moco fuerte y espeso. Entonces se debe de aumentar el consumo de cítricos y frutas en general, también conviene consumir ajo o vinagre de ajo, disminuir la ingestión de almidones al mínimo o mejor aún abstenerse de ellos durante una buena temporada. Puedes sustituir la leche de vaca por la horchata de chufa o la leche de aguacates o mejor aún por la leche de dátiles (ideal para condiciones catarrales de las vías respiratorias). La leche de piñones también es muy buena para los niños con problemas de mucosidad. Tambén puedes utilizar la leche de soja en alguna ocasión, pero no muy a menudo pues es demasiado rica en proteínas; debes preparar la leche de soja tú misma y nunca recurrir a la leche de soja ya preparada comercialmente pues ésta se conserva únicamente mediante la adición de poderosos conservantes químicos.
También es bueno que fortalezcas la salud de tus hijos mediante los baños de sol tomados muy a menudo (pero sin abuso) y prácticas hidroterápicas, sobre todo una fricción fría por las mañanas y una sauna a la semana (si el niño no es demasiado pequeño).
Pregunta: ¿Qué es la dieta amucosa?
Respuesta: La dieta antimucógena fue ideada y difundida por el famoso profesor Arnold Ehret, el cual fue un claro ejemplo de cómo un genial autodidacta dotado de una gran capacidad de observación y raciocinio llega por lógica deducción a desarrollar una dieta perfectamente encuadrable en el marco del criterio higienista, llegando inclusive a intuir la cuestión e importancia de las compatibilidades alimenticias y dejar claramente establecido el principio de la toxemia (aunque él la llama constipación y obstrucción) como base y causa común de toda afección o trastorno funcional de nuestro organismo.
El profesor Ehret demostró que el moco derivado de la ingestión inapropiada de cereales, así como el conjunto de toxinas (ácido úrico, etc.), son la causa de toda patología, inclusive las de supuesto origen microbiano o viral, ya que es el moco el que crea en el organismo intoxicado el medio donde se desarrollan y medran los microbios patógenos. Esta afirmación está sostenida por la experiencia clínica y práctica de los bioterapeutas higienistas.
Son muchas las cosas que vale la pena comentar acerca de las teorías de Ehret. Pero ahora me viene a la memoria una de sus más famosas experiencias. En cierta ocasión se hizo una herida en el antebrazo que cicatrizó sin supurar, espontánea y fácilmente, bajo la influencia de su régimen de frutas y vegetales y sin ningún productor de moco. Después se causó otra herida semejante para probar la influencia de una alimentación vegetariana en la que entraban huevos, leche, almidones como los cereales y las patatas, etc., es decir, una dieta vegetariana pero no amucosa, y la herida curó por la propia fuerza medcatriz del organismo pero esta vez ya supuró algo y tardó más tiempo en cicatrizar. Posteriormente se hizo una tercera herida estando sometido a un régimen mixto, en el que entraba de todo incluida carne y bebidas alcohólicas, y en esta ocasión la herida supuró abundantemente y no cicatrizó sino después de dos días de ayuno absoluto. Esto es un hecho muy interesante pues nos habla de la importancia de la pureza de nuestro organismo. Cuando el nivel de toxemia es alto cualquier herida puede desarrollar un proceso infeccioso y de este modo la naturaleza aprovecha esta ocasión para intentar eliminar las toxinas, pero cuando el organismo no tiene un nivel de toxemia alto no hay lugar para la infección y la cicatrización se verfica en seguida. Son muchos los que en alguna ocasión por causa de accidentnes han podido comprobar esta experiencia.
Todos los alimentos, exceptuando las frutas y las verduras, los germinados y algún otro, engendran mucosidades y toxinas en general, en mayor o menor cantidad. Aunque Ehret era de la opinión de que era en grado sumo la cantidad de moco que originaban los cereales y él sostenía que era peor para la salud el típico vegetariano que hace de los cereales el eje de su dieta que no un sobrio comedor de carnes pero que no ingiriese gran cantidad de almidones. Así pues por dieta amucosa de entiende una dieta totalmente desprovista de los siguientes alimentos:
1. Almidones y féculas de cualquier tipo.
2. Leche y lácteos de cualquier tipo.
3. Carnes, alcohol y sal.
Conviene recordar que en la época de Ehret a principios de siglo no existiían los problemas de contaminación y aditivos químicos en nuestros alimentos, al menos en el mismo grado que hoy en día. Ehret insistía especialmente en la supresión de todo tipo de cereales y derivados como el pan y las harinas, pastelería, etc., e inclusive de patatas y similares en los períodos críticos. Ehret en ciertos momentos parece coincidir con las teorías modernas del doctor Robert C. Atkins acerca de la intolerancia a los almidones, especialmente refinados, de muchos enfermos. Claro está que la diferencia estriba en que Ehret era partidario del vegetarismo y de modo muy especial del ayuno. Ehret empleaba el ayuno para la eliminación del moco alternado con monodietas de frutas, o lo que se viene a denominar una cura de fruta exclusivamente durante un período más o menos largo. Especialmente recomendaba la famosa cura de uvas. Claro está que Ehret empleaba también dietas de transición, que se basaban principalmente en caldos vegetales alcalinos y ensaladas de verduras crudas y frutas.
El problema era que resultaba demasiado convincente y muchos de sus seguidores no supieron distinguir entre una dieta amucosa para la curación y una dieta semiamucosa de mantenimiento, por lo mismo que muchos cayeron en la desnutrición debido a su fanatismo y esto desacreditó a Ehret y a sus teorías. Pero si no se comete este error creo que las obras de Ehret y muy especialmente su libro "Ayuno racional" pueden considerarse como clásicos del higienismo y su lectura es obligada.
El propio Arnold Ehret salvó su vida restableciéndose de una nefritis crónica que le acosaba, y de más está decir que lo consiguió con su propio régimen antimucógeno de frutas y verduraa alternadas con oportunos ayunos.
Recuerdo especialmente una frase de uno de sus libros donde dice: <<¿Cree alguien que esa cantidad de moco o flemas escupidos por los tuberculosos durante años y años proviene del pulmón? Precisamente porque estos enfermos están alimentados forzosamente de sustancias mucoproductoras, el moco no puede cesar hasta que los pulmones decaen y el bacilo hace su aparición. El misterio del bacilo se explica fácilmente de este modo: la gradual obstrucción de los vasos sanguíneos conduce a la descomposición y fermentación de estos productos mucosos y residuos alimenticios>>.
Ehret llega desde su punto de vista a la misma conclusión general que sostiene el criterio higienista frente al concepto bacteriológico de la enfermedad: es el terreno alterado, toxémico, distérmico y desvitalizado el que permite la vida del microbio. Siendo éste en consecuencia un efecto y no la causa de la afección. Sin merecer ninguna distinción entre denominaciones más o menos intimidadora,s pero que no dejan de ser denominaciones superficiales, que en nada ayudan a comprender la etiología (causa, origen) de una determinada carencia de salud. Muy al contrario palabras como gripe, tuberculosis, sífiles, et., tan sólo contribuen a fomentar la absurda fe puesta en los "remedios", haciendo perder de vista lo realmente importante, que es el denominador común de toda enfermedad: toxemia, distermia y enervación.
La toxemia sólo se puede combatir con la dieta no tóxica y alcalina y el ayuno. La distermia o desequilibrio térmico tan sólo se puede combatir con prácticas de hidroterapia, saunas, baños de sol y todo lo que regenere la piel haciéndola trabajar y a la vez derive el calor y descongestione el vientre. Y la enervación o energía vital tan sólo se puede corregir con el suficiente descanso, sueño y supresión de emociones negativas.
El moco que químicamente es un glucopoteido ácido es la más ostensible y visible de las sustancias patológicas ya que aún existiendo como lubricante de las mucosas de nuestro organismo, fácilmente llega a acumularse en exceso; convirtiéndose en auténtica causa etiológica de enfermedad, obstruyendo los conductos orgánicos y dificultando la función de las vísceras. He aquí donde hallamos el papel desempeñado por el microbio en el organismo enfermo: Digerir sustancias químicas extrañas al plasma y que las células y humores son incapaces de transformar por su abundancia y exceso o bien por su naturaleza y calidad.
La infección es, en consecuencia, resultante de conflictos nutritivos y su solución no reside bajo ningún concepto en introducir en el organismo otros materiales extraños y tóxicos, como son las vacunas y las drogas quimioterapéuticas, sino en ayudar a las células procurando a éstas los medios idóneos, para que por su propia tendencia innata, busque su propio equilibrio biológico ayudada siempre por su propia vitalidad inherente a la materia viva.
Ahora bien, sin bien es cierto que parte de estos venenos o toxinas son de origen endógeno, producidos por el funcionamiento metabólico mismo de la vida celuar, no es menos cierto que en principio el hombre está maravillosamente protegido contra la autointoxicación, siempre que sus órganos estén en perfecta condición funcional y vital. Por lo que sólo cabe condenar a las SOBRECARGAS DE TOXINAS traídas desde el exterior por los alimentos al interior de nuestro organismo, y a las PRODUCIDAS EN EL TUBO DIGESTIVO DURANTE PROCESOS ANORMALES DE LA DIGESTIÓN, originadas básicamente por la mala calidad de los comestibles hipertóxicos e inapropiados a nuestra fisiología, así como a las que no menos importantes incompatibilidaes dietéticas.
Entre las toxinas cabría distinguir entre las que son perjudiciales por su toxicidad específica y las que simplemente lo son porque son ácidas. Podríamos establecer una clasificación de las toxinas por su efecto sobre el organismo, que aunque siendo por demás simple y muy limitada no dejará de tener por ello cierto interés:
PURINAS: resultado del metabolismo final de las nucleoproteínas, especialmente animales, tales como el ácido úrico, ácido sulfúrico y ácido fosfórico, etc., que conducen a la diáteisis artrítica.
COMPUESTOS MUCOIDES: derivados del exceso de azúcares, almidones, féculas y lácteos, y que conducen a las condiciones catarrales.
ÁCIDOS O ACIDIFICANTES: que nos roban los minerales alcalinos y conducen a la desmineralización, litiasis (cálculos), osteoporosis, etc., tales como el azúcar blanca, harinas refinadas y otros.
SALES INORGÁNICAS: verdaderos venenos que conducen a numerosas enfermedades de la piel, nefritis, arterioesclerosis y daños aún peores, etc., como por ejemplo hierro, calcio, magnesio (minerales inorgánicos que no orgánicos que son los que asimila y utiliza nuestro organismo), bicarbonato, sal común de cocina y otras inorgánicas utilizadas actualmente como medicamentos.
ALCALOIDES: intrínsicamente tóxicos procedentes del café, té, cacao, tabaco y otros y que no hacen sino dañar especialmente al sistema nervioso.
AGENTES CONTAMINANTES Y ADITIVOS DE LOS ALIMENTOS, PESTICIDAS Y OTRAS MOLÉCULAS EXTRAÑAS DE SUMA TOXICIDAD: que pueden ejercer efectos cancerígenos e inclusive daños genéticos.
Ahora bien, además de los esfuerzos que realiza el organismo oxidando, neutralizando y elimando los residuos tóxicos, si la alimentación es excesivamente inapropiada con excesivo resultante de moco, residuos proteicos y ácidos, resulta ser que todas esas sustancias actúan como factor antivida celular adhiriéndose a las paredes intestinales, a los vasos capilares, etc. Es preciso comprender y no olvidar nunca jamás, que si uno no elimina las toxinas totalmente de nuestra alimentación éstas pasarán a sedimentarse allí donde las circulación de la sangre es menos o poco activa, del mismo modo que las inmundicias arrastradas por un río se van a depositar en los sitios de menos fuerza de la corriente. Este es el mecanismo con el que nos suicidamos lentamente e insidiosamente, es por esto que debemos de evitar a toda costa la obstrucción del sistema de conductos humanos: la esclerosis. Por esto es importante que además de las oportunas medidas dietéticas, hagas el adecuado ejercicio y prácticas de hidroterapia para mejorar tu circulación. De tu circulación depende tu capacidad de arrastre de los detritus tóxicos hacia los emuntorios y garantiza el aporte material energético vitalizando a las células de todo el organismo. Como ves no sólo la dieta sino también el ejercicio y las prácticas de hidroterpia son necesarios para mantener la salud.
Lo que si puedo criticar de Ehret es su estrecho criterio acerca de las causas de la enfermedad, pues como hemos visto además del moco existen otras muchas toxinas a tener en cuenta, así como factores que podríamos resumir así:
1. Alimentación no tóxica, pero que cubra las necesidades nutricionales del organismo.
2. Respiración, aumentada mediante el ejercicio o prácticas específicas que equivale a una mayor oxidación de toxinas a nivle celular.
3. Equilibrio térmico, sin el cual el organismo no puede ejercer correctamente sus funciones. Para corregir la distermia ocasionada por el uso de vestidos y calefacciónes es necesario compensar con prácticas habituales de hidroterapia, sauna, baños de sol, etc.
4. Vigilar la perfecta ejecución de las funciones de los órganos emuntorios de los que depende el drenaje de nuestras toxinas: orina, evacuación intestinal, respiración y sudar por la piel.
5. Ejercicio físico adecuado, tal como correr, natación, culturismo y otros, única forma de mantener en perfecto estado nuestro sistema muscular y nuestra circulación.
6. Adecuado sueño y descanso fisiológico y psicológico.
7. Desbloqueo de las tensiones que ocasiona la coraza caracteriológica y biopatías (energética). Es preciso un equilibrio emocional que redundarár en una sexualidad y actitud positiva ante la vida, evitando en lo posible las emociones negativas.
Como veis la cuestión de la salud es algo bastante complejo por lo que además de una dieta amucosa, que por cierto no puede mantenerse toda la vida sino únicamente duranter periodos de eliminación, es necesario tener una visión global, de conjunto, de todos los demás factores. Pero si éstos se tienen en cuenta, los principios de la dieta amucosa tienen plena validez en todo momento.
Pregunta: ¿Cómo puedo eliminar todo el mucus de mi organismo?
Respuesta: Supongo que te refieres al moco producido por alguna condición catarral en tus vías respiratorias. En este sentido lo que se debe hacer es adoptar una dieta amucosa durante el tiempo suficiente para superar esta condición catarral. Pero en realidad no podemos ni debemos eliminar todo el mucus que se encuentra en el organismo; ya que el mucus es segregado por el organismo porque hasta cierto punto es necesario para el mismo, lo que ocurre es que cuando el nivel de toxemia es muy alto éste se segrega en muchísima más cantidad y además mucho más tóxico, especialmente si algún proceso infeccioso está de por medio, puesto que entonces la materia purulenta resultante de cadáveres, de los microbios y de nuestras células defensivas se halla mezclado con el mucus dándole esa característica tonalidad verde.
Verás, en realidad el mucus se encuentra en los pulmones, ganglios y en el forro del tracto intestinal... y tiene su función, que es la de proteger los delicados tejidos y mucosas del cuerpo de la acción corrosiva e irritable de fluidos y gases y otras sustancias tóxicas del exterior. En el tracto gastrointestinal se hallan glándulas que producen mucoproteínas que pueden resistir la acción de casi todos los jugos digestivos. Ellas segregan mucus hasta formar una fina película sobre el tracto intestinal para proteger la mucosa. El mucus o mucoproteínas es un líquido claro y viscoso que puede neutralizar ya sean los ácidos o las bases. El mucus actúa también como lubricante al paso del alimento a lo largo del tubo digestivo. El mucus segregado en la boca actúa, primeramente, como lubricante para facilitar la deglución. En el estómago, que es donde tiene lugar la cantidad de secreción de mucus más importante, éste protege las paredes del estómago, formadas de proteínas, de la acción de la digestión... y cuando falta ese mucus en pocas horas se produce una úlcera. Una importante cantidad de mucus es también segregada en el duodeno y a lo largo del resto del intestino delgado para neutralizar el ácido clorhídrico y la pepsina que se encuentran en el quimo (alimento predigerido) recién llegado del estómago.
Es sólo cuando la dieta errónea y exesivamente tóxica altera la cantidad y calidad del mucus, que aparecen los problemas. Así, por ejemplo cuando se vive en una ciudad en condiciones muy poco naturales, la cantidad de luz solar y oxígeno que se recibe es muy baja, y esto junto con una dieta demasiado rica en granos de cereales y almidones, especialmente refinados, formadores de mucus, reduce aún más el aporte de oxígeno a los pulmones y favorece el desarrollo de condiciones patológicas en los mismos. De otro lado, los rayos solares atrapados en los alimentos gracias a la función clorofílica de las plantas son destruidos por el cocinado, haciéndolos inadecuados para las células. El predominio en la dieta de los tubérculos y granos que contienen una alta concentración de almidones, y la pobreza del suficiente alimento crudo son la causa básica de las condiciones catarrales. Y también la leche, que es muy formadora de mucus. El resultado de esta dieta acidificante y de alta concentración en proteínas y de alimentos procesados es la secreción de fuertes jugos digestivos. Como medida protectora el cuerpo incrementa terriblemente la actividad de las glándulas secretoras de mucus. El mucus interactúa con los jugos digestivos y con algunos otros factores de la dieta, de modo que se precipita en forma de complejo mucoproteínico indigestible. El exceso de estas mucoproteínas congestiona el sistema. Las paredes intestinales se cubren espesamente de bilis. El sistema linfático posee aberturas lo suficientemente espaciosas para acomodar la entrada de algunas de las mucoproteínas más parte de las complejas proteínas digeridas.
Las mucoproteínas se acrecientan con cierta extensión y sufren determinada deshidratación y endurecimiento, congestionando los vasos linfáticos e introduciendo una distribución deficiente en proteínas y cierta carencia localizada. El exceso de mucus origina ciertas y serias interferencias con el intercambio de oxígeno, funciones biológicas y procesos digestivos de los alimentos. El grado de mucus alcanzado puede ser observado en el iris a través del llamado "rosario linfático", signo que indica una cierta tendencia a procesos escrofulosos, tuberculosos, adenitis, amigdalitis y otras condicones directamente relacionadas con el exceso de mucus. Pero este estado es reversible. Una dieta que elimine los comestibles procesados y todos los mucoproductores, y que a la vez reduzca la aportación proteica y de grasas, es lo mejor. Cuando uno ingiere frutas, vegetales y germinaciones cultivadas en casa - alimentos en los cuales la proteína se encuentra en la forma predigerida de aminoácidos y enzimas- se puede tener la certeza de que ayudamos al cuerpo a corregir su condición enfermiza. El ayuno cuando sea recomendable y regímenes a base de jugos son ls medios más rápidos para limpiar totalmente los vasos linfáticos. Si no se puede hacer un largo ayuno para acelerar la limpieza del mucus, te recomiendo el siguiente programa de actuación que deberá repetirse con la frecuencia que sea necesaria. Para comenzar omite la comida de la noche. En su lugar toma un jugo de frutas o vegetales o bien un té de alguna planta suavemente laxante como la linaza. Antes de acostarte toma una o dos enemas (lavativas). Si lo deseas, toma a continuación un jugo de vegetales. Siguiendo este programa la evacuación no se deberá presentar hasta el segundo día, experimentándose una sensación de hartura. Es posible la aparición de gusanos; heces viejas, duras y putrefactos; cálculos y trenzas de mucus así como gases en cantidad y tamaño inimaginables.
Para este programa se necesita poco material. Tendrás suficiente con una licuadora y una batidora o trituradora de semillas y una gran cantidad de la fruta o vegetales para los jugos frescos, así como medio kilo de semillas de linaza lo más frescas posible. Puede utilizarse esta bebida a la que denominamos leche de linaza al levantarae y/o al acostarse en conjunción con la dieta de depuración durante tres o siete días de acuerdo con la froma que te citaré a continuación. Para preparar esta bebida tritura finamente una taza de estas semillas junto con cinco tazas de agua destilada, sola o bien con cocimiento de malvavisco. Hay que batirlo bien y a continuación colarla. Si lo deseas puedes batirla con un poquito de miel cruda por espacio de diez segundos. Verás que toma la consistencia de una gelatina, guárdala en el frigorífico y toma un vaso al acostarse y otro al levantarte.
Durante los tres primeros días comienza tu jornada tomando a media mañana una taza de té de manzanilla o hinojo o con anís o con alguna otra infusión similar de efectos carminativos (que ayuda a expulsar los gases). Además durante el día toma tres o cuatro tazas de menta, a ser posible fresca, separadas varias horas entre sí. Cada vez que tomes esta bebida debes prepararla con un buen vaso de agua destilada y no hacerla demasiado cargada. Además debes tomar, siempre una hora más tarde de las infusiones, un jugo vegetal o de frutas hasta completar cuatro o cinco tomas cada día.
Por la noche debes aplicar una o dos enemas, especialmente los tres primeros días de la dieta. Los cuatro últimos días aplica el enema con jugo de hierba de trigo germinado si te es posible, si no utiliza ácido láctico de col fermentada (de chucrut), o bien jugo de manzanas. Utiliza un vaso de una de estas tres cosas diluido en un litro de agua destilada.
Pero para el primer día, en el que debes hacer dos o tres enemas (los demás días es suficiente con un enema al acostarte) utiliza la siguiente infusión: 20 gramos de tomillo lo más fresco posible, 20 gramos de semillas de lino, 15 gramos de hojas de malva y 10 gramos de manzanilla, para un enema de medio litro de agua destilada. Este preparado es emoliente y ablandará y desinflamará al colon de las heces duras retenidas desde hace tiempo, a la vez que aliviará mucho de los gases. Debes hacer un enema a media mañana, otro a media tarde y uno al acostarte con este preparado durante el primer día.
Para el segundo día prepara una taza de café (sin azúcar) y disuelve el contenido de un vaso en un litro de agua destilada templada. Este preparado tonifica y estimula la función intestinal. Sólo una vez al acostarte.
El tercer día prepara tu enema con un vaso de yogur natural, preparado por ti con lactophilus o bien con un vaso de jugo de ácido láctico de col fermentada (chucrut) también con fermentos lácticos. Aplícalo sólo una vez al acostarte. Este preparado ayuda a restablecer el medio adecuado para el desarrollo de la flora intestinal.
Es importante retener en el intestino los enemas de veinte a treinta minutos.
Para tus jugos debes de guardar una serie de reglas como por ejemplo no hacer nada más que la cantidad que se vaya a consumir en una toma, de lo contrario sufrirás fuertes dolores de estómago y gases ya que la oxidación de estas combinaciones es muy rápida y les hace perder la efectividad. Debes tomar cuatro o cinco vasos diarios y si puedes date un masaje ligero en la zona del bajo vientre antes de empezar a beber. No deberás alterar el orden de las combinaciones:
1º día: Zumo de piña y remolacha roja o de piña y pepino (dos tercios de piña por una de lo otro).
2º día: Zumo de zanahoria y perejil o de zanahoria y apio.
3º día: Batido de papaya con manzanas o de papaya con limón, o bien de piña y remolacha roja o de piña y pepino (escoger siempre una sola variedad para todo el día).
4º día: Alternar jugos de patata cruda, o bien jugos de col verde, o bien jugo de pepino, diluidos siempre con una taza de agua destilada.
5º día: Zumo de sandía o de melón maduro o de uvas o de manzana.
6º día: Dos partes de jugo de tomate bien maduro por una parte de ácido láctico de col fermentada (si no dispones de él hecho por ti utiliza la variedad comercial "Jugos de verduras fermentadas Bioforce" o bien el jugo de repollo agrio "Schoenenbergers".
7º día: Monodieta de yogurt natural hecho en casa con leche fresca y cultivo de lactophillus.
Puedes repetir esta semana de jugos una semana al mes durante tres meses. Y el día siguiente del abandono de esta dieta debes estar comiendo únicamente ensaladas vegetales o ensaladas de fruta. El resto del tiempo durante estos tres meses debes hacer la dieta curativa o dieta de eliminación y regeneración semicrudívora núm. 3, y por último, adopta el régimen o dieta del adulto o de mantenimiento. Durante la aplicación de los enemas a medida que se sigue el programa verás que cada vez las evacuaciones salen más limpias de modo que según tu criterio puedes abandonarlas a medida que consideres que tu colon está limpio de mucus. Recuerda que este programa de enemas sólo se aplica durante la cura de jugos, fuera de la misma es mejor que no las utilices para evitar la habituación a las mismas. Pero si durante el tiempo que llevas la dieta semicrudívora ves que aún te son necesarias porque sigues eliminando heces con muy mal olor u oscuras, etc., puedes ir haciendo alguna de cuando en cuando con el preparado de plantas del primer día o bien con jugo de hierbas de trigo germinado o con ácido láctico de chucrut.
Es importante que durante estos tres meses, en los períodos de alimentos sólidos éstos estén limpios de mucus y no haya ningún comestible dañino. También es interesante si sufres de condiciones catarrales que al acostarte y al levantarte hagas gárgaras con agua destilada y vinagre de sidra. Durante tu período de alimentos sólidos sería conveniente que comieses abundante chucrut y adoptases el programa del vinagre de sidra en general (cocktail de vinagre de sidra: 1-2 cuharadas de vinagre de sidra de buena calidas -sin destilar y con levadura madre- y una cucharada de miel cruda en un vaso grande de agua destilada), y especialmente el programa para combatir las mucosidades con vinagre de sidra:
Cómo combatir las mucosidades con vinagre de sidra. ("El vinagre de sidra" de Marc Ams, ediciones Cedel).
Mucha gente tiene problemas de mucosidades de nariz y garganta. Algunas tienen un goteo en la nariz que es muy incómodo. Algunos niños son realmente martirizados por estos problemas, y ellos no han hecho nada para merecer este castigo excepto tener unos padres ignorantes de cualquier noción de algo tan bital como la biocultura.
Pero si estas personas limpian sus intestinos y suprimen durante varios meses los productos lácteos, huevos y cereales de su dieta a la vez que usan adecuadamente el programa de vinagre de sidra, verán que las mucosidades desaparecen en poco tiempo de sus cuerpos.
Instrucciones: Al levantarse tomar un vaso de agua destilada con una cucharada de miel, otra de vinagre de sidra y dos comprimidos de algas Kelp trituradas. De debe repetir esta toma durante el día, especialmente a media tarde.
En las ensaladas del día se debería poner una cucharada de vinagre de sidra combinada con aceite de oliva (virgen extra o de 1ª presión en frío), siempre y cuando en el mismo menú no entren cereales ni féculas. Condimenten sus ensaladas con rábanos y tomillo.
Utilicen vinagre de sidra con miel y una cucharadita de semillas de hinojo en polvo los días dinámicos sólo una vez al día, de preferencia a media mañana (separado de la fruta para evitar incompatilidad).
Eviten los cereales con gluten (trigo, kamut, centeno y otros cereales derivados o de la familia del trigo, centeno, cebada y avena).
Hagan infusiones de la siguiente mezcla, un puñado para 2 litros de agua: hiedra terrestre, menta, malvavisco, tusílago y llantén.
Tanto si hay problemas de garganta o anginas como si no practiquen gárgaras con agua y vinagre de sidra dos veces al día.
Asegúrese de que adquiere una miel de buena calidad, de preferencia de eucalipto.
Tomen zumo de zanahoria (hecha en casa, tomar al instante de preparalo) así como alimentos especialmente ricos en vitamina A, la cual es indispensable para el buen mantenimento y estado de las mucosas.
Ahora bien si adoptas este programa para eliminar el exceso de mucus de tu organismo, debes de recordar que un régimen de depuración puede originar situaciones que sean tenidas por verdaderas enfermedades y que no son sino crisis de depuración, tales como resfriados, gripe, quemazón o erupciones en la piel, diarreas, hipotensión, dolores de cabeza, debilidad, sensación de mareo o embotamiento de la cabeza y otras. Si esto te sucede abstente de alimentos sólidos, ayuna y bebe mucho líquido, descansa y persevera. Son muchos los que creen que están siguiendo un régimen incorrecto porque siguen pensando que esas enfermedades son malas y no han comprendido aún que son la batalla y el único medio que tiene la naturaleza interior para retornar a un estado de perfecta salud. No olvidemos que el proceso de una curación no es siempre agradable pero una vez que las crisis ehan pasado... ¡los resultados son maravillosos!
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